El Oscar

El Oscar siempre llena estas semanas de un eruditismo en cuanto al cine que sorprende a propios y extraños. Todo el mundo parece saber tanto de cine como de política. Todo el mundo tiene algo qué decir. Y ay del que se queda callado!! Un ignorante que no sabe nada de cine! Cómo se va a perder Titanic!! Cómo que no viste Harry Potter! Cómo que no sabes con quién estuvo Nicole Kidman!
Para toda esta clase de cinéfilos de temporada, se vuelve de rigor leer las sinopsis de las películas que gracias a nuestra súper lucrativas distribuidoras, no llegan si es que no tienen un Oscar bajo el brazo. Claro que siempre podemos confiar en la caserita de Polvos Azules y sus pronósticos para este año, además de tener las versiones piratas de las susodichas. A diferencia de las distribuidoras, ella sí arriesgan y apuesta por el cine independiente, el comercial, y el peruano (ese que jura que es independiente, pero sin el ingrediente comercial no podría pagarle a Melania Urbina ni 2 segundos de filmación de su escote (un poco usado, pero es que también actúa bien y así no más las 2 cosas juntas no hay. Gianella Neyra se fue a las telenovelas argentinas che!, a Angie Cépeda ya le vimos hasta el intestino, y el resto no atracan ni por un canje en Morillas)).
Pero la emoción continúa, los días se acercan, dónde vas a ver El Oscar?? Nos juntamos! Ya! Pucha pero no van a dar El francotirador... Y eso que Tongo iba a cantar La Pituca en Checo... será para la próxima... Más bien, ven temprano que hay que ver cómo va vestida la gente, claro, luego te mandas a hacer un vestido igualito para el casorio de Yesenia, bien bonito te va a quedar. Vasver, vasver.
La ceremonia comienza, este año felizmente sin Verónica Ayllón, tan apta para traductora como Bush para pacifista. Entregan los primeros galardones, ve tú a saber quién es quién, total, es gente que aparece en los créditos de las películas, cuando ya estás zampádote una Bembos.
Pero las categorías van tomando más importancia, los ganadores ya van soltando un par de lágrimas, ya se menciona algo así como:
"El primer hispano aun con apéndice, menor de 40, mayor de 35, que se gana un Oscar!"
"La primera mujer de color con 2 hijos, que ha estado en al menos 3 continentes, y que le gustan las pastas, en ganar un Oscar!"
Algún homenaje a viejas leyendas del cine, un par de musicales, chistecillos controlados por esos 5 minutos de diferencia entre la señal en vivo y la que llega a nuestra pantallas, no vaya a ser que suelten una lisura como Bush, Global Warming, Middle East, o semejante, y llegamos a la cumbre de la noche. La favorita de la crítica, la favorita de Coca-Cola y sus amigos, la favorita de nadie, la favorita de los aburridos, y la favorita de los peruanos (la única o con suerte, la 2 únicas que han llegado a Perú de forma legal). Gana la ganadora. Lloriqueo por aquí, abrazo por allá, puchamadre acullá, y la mayoría empieza a cambiar de canal. Sólo queda el premio a mejor director, y mejor está el caso de los panelistas-actores por 50 soles de Laura Bozzo en el programa de Lúcar, además ni ganó la que yo quería.
Y aquí no acaba toda la historia. Queda el post-show en E!, las preguntas incómodas a los que no ganaron, las preguntas repetidas a los que sí, y a seguir copiando el vestido de Marion Cotillard que ahora es más pipiris porque ganó un Oscar.
Pero tanto conocimiento, tantas tertulias con tus amigos discutiendo los ganadores de la gran noche del cine, tanta emoción al ver quién se lleva el premio a mejor película, tanto y tanto para que en la cartelera local estrenen Mañana te cuento 2, Vanessa Jeri sale calata, y todo el mundo vaya a verla.