Y tú, qué te llamas?

Por mi trabajo, cada semana conozco una recatafila de personas, prácticamente todas decentes, buena onda, tratables... pero hay algunas que aun sinónimas de todo lo anterior, se manejan unos nombrecitos... Está bien si tienes un nombre extravagante y tu apellido va de acuerdo a ello, como la distinguida señora Bronwen Griffith. Una gallardía y alcurnia que así no más no se ve. Y claro, con ese apellido pues te das el lujo de ponerte un nombre de pila con 10 consonantes y 1 vocal, si quieres.
Sin embargo, si tu apellido, esa herencia innegable, es algo común, o tiene ciertas peculiaridades, hay que tener, Señores padres de familia, un poco más de tacto. Como ya se me hizo constumbre, vamos con las clasificaciones (atención, todos los nombres usados son de casos reales):
  • Plantas:
Tal vez cerca de la era post-Adánica el nombrar a las personas como plantas era una costumbre extendida, aceptada y, quién sabe, hasta bien vista. Pero unos muchos cientos de cientos de años después, ya cómo qué no es tan trendy.
Rosa (así, a secas, no Rosa María, o Rosa Inés) Rosa Flor (Ella no solo es rosa, también es Flor) Flor, Azucena, Margarita.
Nombres más aburridos que conversar con un mudo y que hemos escuchado miles de veces. Además se prestan para cursilerías máximas, jueguitos de palabras para el día de los enamorados (Una rosa para Rosa... por dior, más creatividad tiene un muerto).
  • Calendario Litúrgico:
Si has tenido alrededor de 9 meses para pensar el nombre de tu crío, por qué tomar el camino fácil agarrarando el calendario de la parroquia Virgen de Motupe y ponerle el nombre del santo que ese día se conmemora. Porque en nombres de Santos hay nombres y HAY NOMBRES.
San Eustaquio, Santa Filomena, San Clementino, San Eulogio, Santa Eulalia.
Y para que esto no sea motivo de burla (ya cuñao...) hay gente que realmente tiene esta tradición, casi tan patética como usar hábito color morado-inducción-al-vómito en el mes de octubre (o bueno, usarlo en cualquier mes es malcriado (en este párrafo me estoy ganado una parcelita en el infierno, bastaaante generosa)). En fin, a los que tienen nombres de santos, pues que le hagan honor al nombre y sean buena gente, porque con esos nombrecitos ...no les queda de otra. Aunque eso sí, a los padres de familia de aquellos, preparen bien el botiquín porque sus hijos al seguir esa vocación se flagelarán, atarán con cadenas, se arrodillarán sobre chapitas de gaseosa Lulú y se bañarán con lija. Suerte con eso.
  • Películas:
Yo sé que hay películas que te pueden cambiar la vida, de las cuales no eres el mismo antes que después de, pero de ahí a ver una película independiente de Normandía y ponerle a tu hijo Derzú, el heroé barbáro de la película, pues tampoco ¿no? No hay derecho a arruinarle así la vida a tu hijo. Para comenzar, no vivimos en una aldea en la que nos vestimos con piel de jabalí, ni tomamos posesión de otras aldeas quemando con fuego a sus guaridas (wait a minute, esa imagen la vi ayer en algun noticiero mórbido de las 10 pm de algún canal nacional...) El punto es que esos nombres mitológicos ya deberían salir de circulación.
Abdul, Atenea, Corintio, Conrad.
  • Herencia y Sobrecarga:
Casi tan feo como ponerle a tu carro un holograma Señor de Muruhuay Guía mi camino, es ponerle a tu crío el nombre de tu papá/mamá o el tuyo. Esta costumbre, por lo general patriarcal, de transmitir con el nombre una herencia algo posesiva, o tal vez tratando de transmitirse en la vida de la descendencia colocando tu nombre, es algo que a todos aquellos que les he preguntado si les gusta llevar el nombre de sus viejos o abuelos, me dicen rotundamente No, o se callan y los ves autistas un par de horas, sentados en una esquina oscura, hablando solos. Además, suelen ser nombres clásicos, como Francisco, agregándoles otro nombre que a veces no combina para nada: Francisco Javier. A propósito, ponerle de 3 a más nonbres a un hijo, es cruel. Aun más cuando son nombres que se ven mal unos y otros: Luis Ignacio (vamos bien), Luis Ignacio Sebastián (entiendan padres de familia, tremendo nombre no va a entrar en ningún documenta legal, o ilegal for that matter). Otro: Enrique (ese es el nombre del abuelo. ok, aburrido, pero ok) Enrique Dominico (Ouch! mi oído. Ese es el del abuelo más el del papá), Enrique Dominico Humberto (los dos anteriores más uno que se le ocurrió a la mamá (por lo general un ex que no pudo olvidar... por eso dice que el nombre es lindo, además, tú le estás poniendo el de tu papá!) Y así, entre capricho y capricho, el hijo sale hecho un menestrón de nombres.
  • Alienación:
La verdad yo no tengo nada en contra de la alienación, es más, en varios sentidos me parece genial. El no aislarse en un límite fronterizo imaginario, utilizar recursos y valores de otras culturas, entre otras cosas. Pero de ahí, a ponerle Dustin o Wynona a tu hijo(a) con un apellido más sudaca que Evo Morales... no es.
Raymond Manco, Sigmund Vasquez, Britanny Quispe, Darwin (ese nombre ni en idioma original es simpático), Bruce Willis Poma (Willis es también su nombre, Poma es su primer apellido, believe it or not).
Por si fuera poco, en una adaptación de los nombres, la composición ortográfica cambia, recogiendo los fonemas escuchados:
Maicol, Briyitte (y se pronuncia briyite), Brain, Yackeline (yakelin).
  • Otros:
(Serie: Friends. Situación: Ross y Rachel decidiendo qué nombre ponerle a su hija)
Ross: What about Esther?
Rachel: Oh, Is she gonna born as a 40 years old woman?

Así como Esther, hay múltiples nombres que simplemente son aburridos, con el respeto de aquellas personas que son víctimas de ellos, o son nombres que por donde los mires, no tienen nada de gracia:
Esther, Jovita, Hermelinda, Wilmer, Universia, Primitiva Aurelia, Gregorio(a), Fortunato, María, Juan, y prácticamente todos los nombres de empleada.

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